Economía Alternativa
26-N “Día Mundia Sin Compras” – ¿Qué es y cómo funciona un Mercado de Trueque?
¿Qué es un mercado de trueque?
Es un espacio donde cada persona lleva objetos que ya no usa y los ofrece a otras personas para cambiar por algo que a ella le interese.
Se trata de una actividad para todos los públicos donde lo más importante es evitar que los objetos todavía útiles se conviertan en residuos.
Intercambiar es hacer realidad un comercio sin dinero, con muchas ventajas ambientales, económicas y sociales.
¿Cómo funciona el trueque? Leer el resto de esta entrada »
26-N “Día Mundial Sin Compras”: Actividades previstas en San Telmo (provisional)
A partir de las 11 horas hasta la finalización del acto:
– Mercado de Trueque.
– Arreglo de bicicletas con la colaboración del Colectivo Canario de Amigos de la Bicicleta “Las Palmas en Bici”
A las 19 horas:
Cine-Fórum
Si disponemos de toma de luz: Proyección del documental “Comprar, tirar, comprar” sobre obsolescencia programada por los grandes fabricantes.
Si no disponemos de toma de luz: Taller/Debate sobre la obsolescencia programada a partir del audio.
A las 20 horas:
Talleres-Debate:
– Alternativas de consumo. Experiencias de desarrollo económico alternativas.
26 de Noviembre: “Día Mundial Sin Compras”- El porqué de esta jornada
El próximo sábado 26-N se convoca internacionalmente el “Día Sin Compras” (Buy Nothing Day)
Desde 15-M San Telmo queremos apoyar y difundir esta iniciativa porque consideramos que la reflexión sobre el modelo de consumo en que hemos sido educados/as es fundamental en el contexto de las reivindicaciones socioeconómicas de todas las personas indignadas.
La sociedad de consumo es el resultado de todo un despliegue de mecanismos (entre ellos, la publicidad, que sabe muy bien cómo manejar nuestras emociones) pensados y diseñados para que el consumo crezca al ritmo que marcan, desde su posición de poder, las grandes empresas multinacionales para seguir generando beneficios con actividades indeseables porque emplean mano de obra en condiciones indignas e, incluso, infrahumanas (especialmente en el llamado Tercer Mundo) con una sobreproducción que está poniendo en peligro los recursos naturales del planeta. Leer el resto de esta entrada »
Nos apoyan – Federico Mayor Zaragoza: “El siglo XXI será el siglo de la gente”
Federico Mayor Zaragoza, doctor en Farmacia, fue Catedrático y Rector de la Universidad de Granada y Catedrático en la Universidad Autónoma de Madrid. Cofundador en 1974 del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (de la Universidad Autónoma de Madrid y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas CSIC). Ha desempeñado los cargos de Subsecretario de Educación y Ciencia del Gobierno español (1974-75), Diputado al Parlamento Español (1977-78), Consejero del Presidente del Gobierno (1977-78), Ministro de Educación y Ciencia (1981-82) y Diputado al Parlamento Europeo (1987). En 1978 y hasta 1999 fue Director General Adjunto de la UNESCO. En 2000, crea la Fundación para una Cultura de Paz, de la que es Presidente. Desde entonces ha trabajado en distintos organismos internacionales. Sus escritos incluyen numerosas publicaciones científicas, cuatro poemarios y varios libros de ensayo.
Según leemos en este artículo de Servimedia, Mayor Zaragoza ha aplaudido y alabado el movimiento de los “indignados” que “tanta falta hacía”.
“Es importantísimo que la gente se haya movilizado. No se puede tolerar que el mercado gobierne el mundo. Es inaceptable que existan grupos como el G-8 cuando hay 198 países”.
“El siglo XXI será el siglo de la gente. El pueblo tiene que actuar porque además las nuevas tecnologías se lo permiten. No se puede tolerar que haya unas agencias de calificación, grandes instituciones financieras las que obligan a los gobiernos a hacer lo que ellas quieren.”
“lo más probable es que dentro de poco los “indignados” abandonen las plazas, es más, yo creo que es lo que deben de hacer ya porque tienen que recuperar la normalidad. Pero es preciso que sigan luchando desde el ciberespacio, que se aporten propuestas y exigir que éstas se acepten y se lleven a cabo porque estarán apoyadas por cientos de miles de personas. Si los gobiernos no escuchan sus propuestas, no habrá democracia auténtica”.
“(los medios de comunicación) Están en manos de unos pocos y esto no es un problema de España sino de todo el mundo. Cuando en los 80 nos dijeron que se iba a cambiar la justicia social por el mercado teníamos que haber dicho que no y así no hubiera pasado lo que está pasando, que el mercado es quien manda”.
Mayor Zaragoza se reafirma, pues, en lo que afirmaba hace tres años cuando prologó el libro Lo que hay que tragar. Minienciclopedia de política y alimentación, de Gustavo Duch. En esta obra, su autor cuestiona los monocultivos, la producción de agrocombustibles, la agricultura transgénica y demás tropelías que han despojado a los pequeños campesinos y pescadores de su fuente de trabajo denunciando por su nombre los oligopolios de los alimentos: Pescanova, Calvo, Monsanto y Danone, entre muchos otros. Del libro, Eduardo Galeano ha dicho: “(…) esta denuncia implacable de los crímenes que el poder universal comete contra la naturaleza y la gente es también un entrañable homenaje a la tierra y a las manos que la trabajan.”
En el Prólogo de Federico Mayor Zaragoza leemos:
“(…) En «Sobre el tiempo presente», José Ángel Valente nos advertía: «Escribo desde un naufragio /… Escribo sobre el tiempo presente. /… Escribo sobre la latitud del dolor, / sobre lo que hemos destruido / ante todo en nosotros…». Este libro insta a involucrarnos, a iniciar los cambios radicales que nuestro tiempo exige. En pocos años, los que suplieron los principios democráticos por las leyes del mercado han llevado al mundo a una gravísima situación. Habrá ahora que inventar otros derroteros, que imaginar —gracias a la capacidad creadora distintiva de la especie humana— senderos nuevos. Habrá que refundar las Naciones Unidas como expresión de la «democracia global», el espacio donde todos los pueblos de la Tierra, como de forma tan clarividente se expresa en la Carta, sean los que decidan sobre su futuro común, y se eliminen, de una vez, los grupos de plutócratas (G-7, G-8, G-20) que tantos entuertos han originado en estos albores de siglo y de milenio. Unas Naciones Unidas dotadas de los recursos personales, técnicos y financieros necesarios.
Ha llegado el siglo de la gente. Gente «educada» que participa —puede hacerlo ya de forma no presencial gracias al progreso de la tecnología de la comunicación— y se compromete. Se involucra. El siglo XXI podrá ser el siglo de «Nosotros, los pueblos…». De todos. El porvenir está por hacer. «¿Quién, sino todos?», dijo magistralmente Miguel Martí i Pol. Todos juntos podemos. (…)”
Mayor Zaragoza escribía estas palabras en diciembre de 2009. El tiempo, muy pronto, le ha dado la razón.
Que el debate no cese: ACEA responde
Hace unos días publicábamos una crónica de la charla-coloquio ofrecida por la Asociación Canaria de Economía Alternativa, uno de los colectivos socios del proyecto de transformación social Café d´Espacio. Para cerrar se lanzaba la pregunta “¿Cómo se le explica todo esto a alguien que no tiene dinero para llegar a final de mes?”, y se decía que nadie tenía la respuesta.
Las compañeras de ACEA, tras leer dicha crónica, nos han enviado un pequeño texto explicando porqué las propuestas de economía alternativa son importantes sobre todo para la gente que está más excluida, un texto que compartimos a continuación::
¿Cómo se le explican las propuestas de economía alternativa a alguien que no tiene dinero para llegar a final de mes?
Ninguna de nosotras posee una respuesta definitiva sobre esta pregunta, pero podemos intentar explicar por qué son tan importantes estas iniciativas sobre todo para las personas que no tenemos nada.
Porque para las personas que tenemos menos es muy importante que la relación comercial deje de ser sólo una relación entre cosas y precios y empiecen a verse también las personas, porque la fuerza de quienes nos oprimen reside en que olvidemos que tras los objetos hay trabajo y tras el trabajo hay personas.
Porque si no llegamos a final de mes es porque predomina una mentalidad capitalista que nos explota y la mejor forma de resistir es ir trabajando en una mentalidad que ponga la dignidad de las personas por encima de todo. Porque el capitalismo, que nos oprime, se sustenta en ocultar a las personas para que sólo se vea el mercado.
Porque el comercio justo consiste en recordar que las relaciones entre las personas deben ser horizontales y equitativas, que nadie debería explotar a nadie por ningún motivo. Porque la misma gente que nos explota aquí es la que explota allí. El comercio justo habla de condiciones laborales justas, para todas: de aquí y de allí, luchamos por los derechos de todas las personas.
Porque las personas que tienen más dinero y poder se relacionan a través del dinero, pero las personas que no tenemos nada no podemos olvidar que el apoyo mutuo, el respeto por el otro, la comunidad, y el poner por encima del interés a la persona es nuestra verdadera fuerza.
Porque esta mentalidad capitalista enfrenta a las excluidas entre ellas, trabajadoras explotadas que apoyan a explotadores. Nosotras, las explotadas, debemos luchar por cambiar esa mentalidad que nos oprime a todas las que no tenemos. Porque la misma mentalidad que explota a la gente en los países periféricos para vendernos barato es la que nos explota aquí hablando de ser más competitivos. El precio barato es mentalidad competitiva y ésta es enemiga de los pobres, no de los ricos.
Porque este mundo del “todo barato” quiere que gastes y nos oprime culturalmente para que nuestros hijos se sientan desgraciados si no llevan unas Nike o si no van al cine a gastarse 8 euros a ver Torrente 4. Porque este mundo del “todo barato” nos hace ahorrar en papas pero nos obliga a tener móviles.
Porque esta mentalidad nos empuja a mirar hasta el último céntimo al comprar la comida pero cuando llegan las épocas navideñas también nos empuja a gastar aunque no tengamos. La felicidad de nuestros niños depende de gastar más de lo que tenemos, ¿alguien se imagina algo más cruel? ¿Cómo hemos dejado que la alegría de una niña dependa del consumo?
Porque luchar por otro consumo es luchar por una mentalidad donde compartamos más y consumamos menos, este mundo es enemigo de compartir. Porque compartir un coche es más barato y divertido que tener uno propio, porque recuperar las calles para un ocio lúdico sin consumo es más barato y divertido que pasar el día en el centro comercial.
Porque los más pobres estamos sufriendo la saturación de un planeta lleno por el sobreconsumo de objetos de “usar y tirar”, porque tenemos que consumir menos, para vivir mejor compartiendo más.
Lo que más puede ayudar a las familias que no llegan a final de mes es desembarazarse de la cultura del consumo y trabajar por una cultura comunitaria del apoyo mutuo. Si a alguien del barrio le falta algo se le ayuda en lugar de gastar en otras cosas. La cultura del apoyo mutuo es la mejor solución ante la crisis y no esta cultura individualista y consumista.
En definitiva, esta cultura capitalista que toma a las personas como mercancías y que nos esclaviza por rentabilidad es enemiga de todos los seres humanos y sobre todo de las pobres, sólo luchando entre todas por construir activamente otra mentalidad menos individualista podremos resistir ante el poder de los ricos que nos oprimen material y culturalmente en todas las partes del globo.
Charla-Coloquio sobre “Economía Alternativa”
Plaza San Telmo. Domingo 29 de mayo, 13.30 horas
Dulce y Antonio, representantes de la Asociación Canaria de Economía Alternativa, han presentado brevemente el proyecto en el que llevan años trabajando (“Denunciar y Resistir”) y que se ha materializado en un centro social que comparten diez colectivos (el Café d’Espacio), gestionado por ellos mismos y que promueve un modelo económico alternativo basado en:
– El comercio justo, evitando comprar productos fabricados con mano de obra esclavizada que gana un salario mísero mientras que el deportista o artista de moda que lo anuncia en televisión cobra millones.
– El consumo responsable, evitando el “usar y tirar”, el despilfarro de seguir la moda, comprando productos locales en vez de a las grandes empresas transnacionales, etc.
– La banca ética: una cooperativa de crédito (Fiare) transparente y responsable en sus inversiones.
A continuación se ha abierto el turno de intervenciones y con ellas, un intenso debate entre los asistentes que no siempre estábamos de acuerdo.
– ¿No es más urgente cambiar lo que tenemos ahora que defender modelos alternativos a más largo plazo?
– Con los bajos salarios y contratos precarios actuales, ¿cómo se puede dejar de comprar los productos baratos que pueden ofrecer las grandes compañías con los volúmenes de producción que manejan?
– ¿Cómo podemos hablar de “destrucción” del Estado del Bienestar cuando en nuestro país nunca lo hemos tenido? ¿Alguna vez nos hemos podido comparar con los países avanzados europeos?
– Una de las posibles vías es priorizar la compra de productos locales eliminando los intermediarios que encarecen el precio final sin aportar ningún valor en la cadena.
– Reclamar los espacios públicos y hacer uso de ellos (por ejemplo, el teatro Benito Pérez Galdós) para dar a conocer nuevos estilos de vida más respetuosos con las personas y el medio ambiente.
– Recuperar los valores cívicos de la solidaridad y de la justicia social trabajando en la redistribución de los recursos: trueques, campañas solidarias, bancos del tiempo, etc.
– ¿Por qué tenemos campos de golf? ¿Cuál es el coste social y cuántos se benefician?
– ¿Comprar piso o alquilarlo?
– La Economía está alejada de la vida cotidiana de las personas. Los especialistas han creado una jerga incomprensible para la mayoría, incluso para titulados universitarios. La formación en estos temas es básica para comprender los mecanismos de funcionamiento del sistema capitalista en su estado actual.
Éstas son sólo algunas de las cuestiones que han salido, todas ellas importantes y no de fácil respuesta…
Y la pregunta del millón:
¿Cómo se le explica todo esto a alguien que no tiene dinero para llegar a final de mes?
Nadie tenía la respuesta… Por eso hay que seguir trabajando.